viernes, 11 de enero de 2008

los niños se pelean para conocerse.los hombres se matan cuando se distinguen


Hace casi media vida que dejé de comunicar mis sensaciones públicamente. Aquellos lugares-tiempo de los que vengo acabaron por convencerme de que o con "ellos" o solo. Y entonces cambié de vida. Cambié de rumbo y viré, con malos vientos, hacía el todo que representa el caminar por un filo de navaja. El filo que me tocó, se desafiló y se herrumbró esperando que yo pasara.

No hablemos de mí; sino de nosotros. No de ellos ni de aquellos otros y mucho menos de los otros. Hablemos de nosotros, al fin y al cabo somos la esperanza de la vida humana sobre ésta tierra. Nosotros. Tan blanquitos, tan occidentales, tan ricos... somos los protegidos, los mimados por los países mas poderosos y demócratas de toda la historia de la humanidad. Nos cuidan, con sus ingentes ejércitos y armados con enormes y fálicos misiles nucleares, de nuestros enemigos del sur y del este y sobre todo del peligro amarillo. Todos esos otros y aquellos otros que nos acechan para despojarnos de nuestra comodidad, bien pagada, en nuestros sueños de centro comercial, impoluto e impecable y a los que nuestros defensores y grandes amigos les enseñan el auténtico y necesario rostro para defender el bienestar nuestro de cada día.

El bienestar de los humanos de la prisa. De los que esperan años-siglo para poseer su hogar y mientras tanto sufren cada día en sus trabajos y también por sus trabajos y sufren por sus hijos y también para sus hijos. Esos humanos, mujeres y hombres de la prisa esclava, del acabar rápido para comenzar deprisa y también acabar rápido para dormir corriendo hacia el negro café de cada mañana e ir apurado al trabajo y terminarlo rápido para comenzar deprisa; siempre.

Ellos nos inventaron la luz de las lámparas para eludir la noche del descanso y la rutina. Nos despojaron del único tiempo que no podían quitarnos. Nos dejaros cojos de espacios oníricos y de magias eternas. Y nos abandonaron ciegos de las estrellas y de los planetas siderales mirando sólo a lo mas cercano y a lo que iluminan ellos para que veamos.

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